Los ruidos fuertes dificultan el rendimiento mental

sábado, 27 de diciembre de 2014
Propician un carácter irritable y dificultan el aprendizaje.

Vivir junto a una estación de tren, estar rodeado de personas que gritan con frecuencia o pasarse el día con los auriculares escuchando música a todo volumen puede tener efectos secundarios en la mente, además de provocar sordera a largo plazo. Así lo ha afirmado el reciente estudio realizado en la Escuela de Ciencias Conductuales y Cerebrales de la Universidad de Texas, liderado por el doctor Michael Kligard, y publicado en la revista Ear and Hearing.

Según estos investigadores de Dallas, escuchar de forma continuada algún sonido o ruido demasiado alto no sólo es perjudicial para el oído, sino que también modifica el cerebro hasta el punto de que acaba por influir en la forma de percibir e interpretar el habla de otras personas, con lo que se reduce la capacidad de comprender a otros y asimilar el contenido de un texto o un discurso.

Se calcula que un 15% de los estadounidenses sufre problemas asociados al oído, debido a un excesivo uso de MP3, altavoces u otros factores de contaminación acústica. El oído es muy importante para el rendimiento académico y el laboral, porque es un sentido que tiene mucha conexión con la mente, y que cuando falla, afecta a la capacidad de asimilar información y asociar ideas. La exposición frecuente a sonidos de más de 100 decibelios durante más de un minuto puede llevar de forma progresiva a una pérdida auditiva total y permanente.

Para tener una idea aproximada de lo que esto significa, un mosquito produce un sonido de unos 20 decibelios y una conversación rondaría los 50-60, dependiendo de la persona y la situación. El clásico ruido de corta-césped o aparatos del estilo producen aproximadamente unos 80-90 decibelios, y una moto ya llega a los 100. Los aficionados al rock superan incluso el límite permitido, ya que se calcula que un concierto de rock alcanzaría los 140 decibelios. En conclusión, es preferible abstenerse del rock y ponerse un buen casco que aísle del sonido en la moto, si se quieren mantener sanos el oído, la salud mental y las capacidades cognitivas el mayor tiempo posible.

Ya dos años atrás realizaron un estudio similar al de la Universidad de Texas. El Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos de Buenos Aires, tras examinar el comportamiento de varias ratas de menos de un mes de edad – lo que equivaldría a la adolescencia en humanos –, observaron que el ruido les producía un daño celular que derivaba en una alteración en su conducta. Según se pudo observar en esta investigación, una exposición a volúmenes de alta intensidad afectaría a la irritabilidad, así como al aprendizaje y la memoria. Pero el reciente estudio de Dallas ha ido más allá, porque ahora el descubrimiento es que el propio cerebro pasa a percibir los sonidos recordados de forma diferente al de una persona que no se ha expuesto a una excesiva carga de decibelios, lo cual altera la propia percepción de las cosas.

Via negocios.com

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