El estrés en la infancia condiciona la salud del corazón

sábado, 3 de octubre de 2015
Una investigación publicada en el Journal of the American College of Cardiology señala que los niños que sufren de estrés durante la infancia tienen más riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes de adultos.

Estar sometidos a situaciones de estrés durante la infancia condiciona la salud del corazón a largo plazo. Una investigación de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvad publicada en el Journal of the American College of Cardiology señala que el estrés en los niños genera una peor salud cardiovascular y un mayor riesgo de diabetes cuando son adultos.

Para el estudio siguieron a 7000 personas nacidas en una única semana en Gran Bretaña en el año 1958, y analizaron los datos relacionados con el estrés y la salud mental en este grupo que formaban parte del Brithish Birth Cohort Study a las edades de 7, 11, 16, 23, 33, y 42 años.

Como resultado han encontrado que las enfermedades psicológicas en la infancia, incluso cuando los trastornos mejoraron en la edad adulta están asociadas con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.

Con la investigación observaron que las personas con angustia persistente durante toda la vida tienen un mayor riesgo cardiometabólico en relación con aquellas que dijeron tener bajos niveles de estrés durante la infancia y la edad adulta.

Ashley Winning, autora de la investigación considera que es fundamental el entorno social de los niños y expresó que este es un trabajo que “apoya la evidencia de que la angustia psicológica contribuye al aumento en el riesgo de enfermedad cardiovascular y metabólica, y que estos efectos pueden comenzar durante la infancia”. Así explica que es cada vez más evidente que la adversidad en el entorno social del niño aumenta la probabilidad de desarrollar altos niveles de angustia y por lo que considera que “las estrategias de prevención y de intervención temprana deben centrarse tanto en el niño como en su entorno”.

Alison Holman, de la Universidad de California Irivine que acompaña el estudio con una editorial en la revista asegura que esta investigación indica que además de “valorar los tradicionales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular, como el tabaquismo, la obesidad, el colesterol alto y la falta de ejercicios habría que considerar otros” y explica que “al considerar a nuestros pacientes en un contexto social más amplio, el hecho de decirles que tienen que bajar de peso, dejar de fumar, comer una dieta mejor sin abordar la tensión o la angustia, se pueden estar favoreciendo conductas no saludables que en realidad pueden ser contraproducentes”.


Via lr21.com.uy

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