Cómo reconocer los síntomas de la depresión y cómo combatirla.

viernes, 8 de enero de 2016
En este post os quiero hablar de la enfermedad mental más común en nuestra sociedad y la que más crece con los años, hablo de la Depresión.

Todos conocemos a alguna persona que ha padecido o padece  una depresión, ya sea un familiar, un compañero de trabajo, o amigo.

Actualmente , se define a la Depresión como una enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta a unos 121 millones de personas en el mundo, de los que menos del 25% tienen acceso a tratamientos efectivos y advierte que una de cada cinco personas llegará a desarrollar un cuadro depresivo en su vida, aumentando este número si concurren otros factores como comorbilidad o situaciones de estrés.

Además, debido a su inicio temprano, a su impacto funcional y a que tiende a la cronicidad y a la recurrencia, actualmente la depresión es una de las principales causas de discapacidad y representa un 4,3% de la carga global de enfermedad (World Health Organization. Mental health action plan 2013 - 2020. Geneva).

El  National Comorbidity Survey Replication americano observó que un 16,2% de las personas presentaron depresión mayor en algún momento de su vida (prevalencia-vida) y un 6,6% en los últimos 12 meses (prevalencia-año).

Según el estudio ESEMeD (European Study of the Epidemiology of Mental Disorders) la prevalencia en España es inferior a la de otros países europeos, con una prevalencia-vida del episodio depresivo de 10,6% y una prevalencia- año del 4,0%, aunque una de las características más notables es que presenta una edad de inicio más temprano y altas tasas de comorbilidad y cronicidad.

 Además entre los pacientes hospitalizados la prevalencia de depresión se eleva hasta un 18,9% y algunos grupos, como los inmigrantes no regularizados, son especialmente vulnerables, con un porcentaje del 40,7%.

La  depresión es el trastorno mental más costoso en Europa y representa, entre costes directos e indirectos, un 33% del coste total destinado a salud mental, neurología y neurocirugía (118 billones de euros) y un 1% de la economía europea.

Debido a su alta prevalencia, a su impacto en la salud y en la productividad de las personas y los costes que produce, y a su papel como uno de los principales factores de riesgo de suicidio, la depresión es un desafío tanto para los sistemas sanitarios como para la sociedad.

Tipos de Depresión según síntomas

Los diferentes tipos de depresión se clasifican en función a los síntomas que muestra el paciente.

Grupo A

    Duración no inferior a 2 semanas.
    No atribuible al consumo de sustancias psicoactivas o a trastornos mentales orgánicos.

Grupo B

    Humor depresivo no habitual en el paciente, constante durante todo el día y mantenido en el tiempo de forma casi constante. No varía con las circunstancias ambientales del sujeto, y persiste al menos durante 2 semanas.
    Pérdida o ausencia de interés por actividades anteriormente placenteras.
    Aumento de la capacidad de fatiga, o pérdida de la vitalidad habitual.

Grupo C

    Pérdida de la autoestima y de la confianza en uno mismo. Sentimiento de inferioridad no justificado prolongado en el tiempo.
    Auto-reproches constantes y desproporcionados con sentimiento de culpa excesiva e inadecuada.
    Pensamientos de muerte o suicidio recurrentes, incluyendo tentativas.
    Disminución de la capacidad de concentración y pensamiento. Suele acompañarse de falta de decisión.
    Aparición de lentitud de las funciones motoras, o agitación.
    Alteraciones del sueño.
    Variaciones del peso corporal por descontrol alimentario (aumento o descenso marcado del apetito).

Grupo D

    Presencia de síndrome somático, compuesto por alucinaciones, delirios, retardo psicomotor o estupor grave, concordantes o no con el estado anímico del paciente.

De acuerdo a estos criterios se puede clasificar el cuadro depresivo en:

    Episodio depresivo leve

Presenta dos o tres síntomas del grupo B. Estos pacientes, por lo general, son capaces de continuar con sus actividades habituales con total normalidad.

    Episodio depresivo moderado

El paciente presenta al menos dos síntomas del grupo B y un cierto número del grupo C, hasta conformar un mínimo de seis síntomas. Estos pacientes presentan dificultades manifiestas para el desarrollo de las actividades habituales.

    Episodio depresivo grave

Presentan todos los síntomas del grupo B, unidos a varios del grupo C, hasta conformar un mínimo de ocho síntomas. Estos pacientes presentan una situación emocional marcadamente ligada a la angustia, especialmente con pérdida de autoestima y sentimientos intensos de culpa e inutilidad.

En estos episodios cobran relevancia los intentos de suicidio, asociados a la carga somática, principalmente en los pacientes de sexo masculino, por lo que estos pacientes deben ser controlados de forma constante e incluso, en determinados casos, se debe valorar la hospitalización del paciente.

 En esta fase pueden aparecer asociados síntomas del grupo D.

Tipos de Depresión según DSM-V

    El trastorno distímico es un tipo de depresión que no necesariamente impide por completo que una persona funcione normalmente, pero sí la mantiene en un estado de desánimo constante. Los trastornos distímicos son crónicos y de larga duración; a veces duran hasta dos años.
    El trastorno afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés) es un tipo de depresión que surge durante los meses de invierno, cuando hay menos luz solar natural. Las personas que sufren de SAD suelen salir de su depresión durante los meses de primavera y verano.
    El trastorno depresivo mayor es una forma de depresión severa que interfiere con la capacidad de una persona para comer, dormir, trabajar, estudiar o participar en las actividades diarias, como lo haría normalmente. Los episodios depresivos mayores suelen durar al menos dos semanas. Para la mayoría de las personas, un episodio de depresión mayor puede ocurrir sólo una vez, pero para algunas, puede volver a ocurrir a lo largo de su vida.
    La depresión postparto es un tipo de depresión que se produce en las madres primerizas dentro del primer mes del parto. Es muy posible que la depresión posparto sea causada por los grandes cambios que ocurren en los niveles hormonales después del parto.
    El trastorno bipolar es una forma de la enfermedad maníaco-depresiva que puede caracterizarse por “altos” y “bajos” extremos en el estado de ánimo de una persona.

A veces la depresión no tiene causa aparente, pero en otros casos, puede ser causada por un factor o por un número de factores.

Éstos son algunos de ellos:

    Genética. Si hay un historial de depresión en tu familia, es posible que haya un vínculo genético o biológico, que hace que la enfermedad sea más común entre tus familiares;
    Bioquímica. En algunos casos, las sustancias químicas del cerebro que controlan tu estado de ánimo podrían estar desequilibradas;
    Un evento o una cadena de eventos estresantes como un divorcio o conflictos familiares, abuso físico o sexual, acoso escolar (bullying), una violación, la muerte de un ser querido, o la ruptura de una relación;
    Personalidad. Ciertos tipos de personalidad tienen un mayor riesgo de depresión que otros. Esto incluye a las personas que tienden a ser ansiosas, tímidas, perfeccionistas o a las que tienen una baja autoestima.

El tratamiento de la depresión se basa en el tratamiento farmacológico , terapia cognitivo-conductual (TCC) y la psicoterapia interpersonal (TIP).

De forma general, el tratamiento farmacológico de la depresión se suele limitar a los cuadros depresivos moderados o graves.

En los pacientes con depresión moderada o grave, la terapia farmacológica se considera un tratamiento de primera línea, aunque existe un 38% de pacientes que al cabo de 6-12 semanas no presentan respuesta al tratamiento instaurado, y en un 54% de los pacientes no existe remisión de los síntomas.

Las terapias psicológicas más empleadas en el tratamiento de la depresión por su carácter específico son la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la psicoterapia interpersonal (TIP).

La terapia cognitivo-conductual se ha mostrado tan efectiva como la psicoterapia interpersonal (más lenta en lograr los objetivos que la TCC y la farmacoterapia) y la terapia farmacológica, lo que la ha convertido en la terapia psicoterapéutica en la  elección en el abordaje de la depresión moderada, grave o resistente.

Otros tratamientos:

    Autoayuda guiada: su objetivo es que los pacientes adquieran capacidades de autocontrol y manejo de la sintomatología de este trastorno. Se empelan tanto soportes bibliográficos, como materiales digitales. Aunque se ha demostrado buena efectividad en pacientes con depresión leve-moderada, no se conocen los efectos a largo plazo.

    Ejercicio físico: está demostrada la capacidad del ejercicio físico para mejorar el bienestar personal, tanto físico como psíquico. En los pacientes con depresión leve-moderada, un programa de ejercicio de intensidad moderada, de 40-45 minutos, 2-3 veces a la semana, durante un periodo de 10 a 12 semanas, podría repercutir en una clara mejoría de la sintomatología depresiva.

    Terapia electroconvulsiva (TEC): esta terapia consiste en provocar una crisis comicial generalizada (una convulsión), mediante la estimulación eléctrica del sistema nervioso central. A pesar de ser una terapia devaluada y denostada en sus inicios, actualmente se aplica bajo anestesia y miorelajación, y se considera efectiva en pacientes adultos con depresión grave o resistente.

Todos nosotros conocemos a algún familiar o amigo, que padece o ha padecido una depresión, como consejo que os puedo dar, es darle la importancia que tiene esta enfermedad, os pongo un ejemplo, si tu padre tiene la tensión arterial alta, lo acompañas al medico para que le estudien la causa y le pongan tratamiento, pues ante una enfermedad mental como la Depresión hay que hacer los mismo, acudir a los profesionales y pedir tratamiento.

En ocasiones se tiende a realizar juicios de valor ante una persona con depresión, que debemos evitar, como:

“No se esfuerza lo suficiente”, “ Realmente no quiere superar la depresión “, “ Me está utilizando “, “Lo hace para fastidiar”, “No me quiere lo suficiente, sino se pondría bien” “Ayer parecía mejor , y hoy está otra vez igual, no hay quien lo entienda”“Nunca lo superará, con el tiempo que ha pasado ya debería haberlo superado”.

En definitiva no debemos estigmatizar a los pacientes con depresión, sino que debemos de empatizar con ellos y premiar hasta las más pequeñas mejoras que tengan.

Via ceac.es

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