Por qué no debes consumir bebidas isotónicas como refrescos

martes, 30 de agosto de 2016
Las bebidas isotónicas son aquellas bebidas deportivas pensadas para rehidratar el organismo después del ejercicio físico. Están elaboradas a base de hidratos de carbono, glucosa, sodio, potasio y otros minerales que favorecen la absorción de agua por parte del organismo, así como la reposición de los electrolitos perdidos con la sudoración. La proporción en la que azúcares y minerales se encuentran disueltos en este tipo de bebidas deportivas emula la que tenemos en sangre precisamente para favorecer una rápida recuperación por parte de nuestro organismo.

También se utilizan como método de rehidratación oral tras sufrir episodios de gastroenteritis o diarreas, que provocan la pérdida excesiva de líquidos en el cuerpo.

No es necesario ingerir bebidas isotónicas cada vez que realicemos deporte, especialmente si el ejercicio no supera la hora de duración. Sin embargo, para actividades físicas prolongadas y de alta intensidad, resultan beneficiosas a la hora de mejorar la resistencia del deportista, especialmente en los casos de actividades deportivas realizadas en condiciones de altas temperaturas o humedad, en las que la pérdida de líquidos es mayor.

Aunque a menudo se comercializan como bebidas refrescantes equiparables a las naranjadas, colas y gaseosas, este tipo de consumo está desaconsejado por el exceso de minerales y azúcares que puede suponer para el organismo que no necesita reponer estos elementos. Por un lado, el exceso de minerales puede provocar daños en el riñón, pero también problemas cardíacos y edemas. Por otro, el exceso de azúcar en el organismo acaba transformándose en grasa.

En resumen, las personas sedentarias o que realizan ejercicio a niveles normales (no más de una hora al día) deben reponer líquidos a través del agua y solo las personas que se someten a intensas sesiones de ejercicio diario, en períodos prolongados, pueden consumir bebidas isotónicas para reponerse del esfuerzo.
Hidratarse durante el ejercicio

Cuando hacemos ejercicio o practicamos algún deporte nuestro cuerpo puede llegar a perder hasta 3,5 litros de agua. Por eso es importante que el deportista se hidrate adecuadamente antes, durante y después del ejercicio físico. Sobre todo durante la actividad deportiva, es recomendable ingerir líquidos en pequeñas dosis cada 20 minutos para mantener el rendimiento sin que el estómago se resienta. Asimismo, al finalizar la actividad, el cuerpo debe reponer los líquidos perdidos a causa de la sudoración, por lo que conviene ingerir entre medio y tras cuartos de litro de agua o bebidas isotónicas.


Via blog.flota.es

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