Así te afecta la falta de sueño

jueves, 10 de marzo de 2016
Dormir es importante. Hay una serie de horas de sueño mínimas que debemos respetar y no hacerlo tiene sus consecuencias. Te las contamos.

Para que nuestro organismo funcione correctamente hay que descansar bien por las noches. No ocurre nada malo por una noche en vela, pero el problema puede agravarse cuando la falta de sueño se vuelve crónica y es algo recurrente. En ese instante será cuando haya que tomar cartas en el asunto porque dormir poco tiene consecuencias nefastas para nuestro cuerpo.

Dormir poco afecta sobre todo a la concentración. Resultará casi imposible centrarse en los asuntos que tenemos delante. El cerebro será incapaz de actuar y le faltará la chispa que le mantiene activo. Esa falta de sueño repercutirá de manera negativa sobre las personas que estudien, piensen, hagan cálculos o empleen la memoria para su trabajo.

Lo único que te apetece durante el día es dormir y dormir. Esa somnolencia impedirá que los sentidos estén activados y tu estado de alerta será muy inferior al que tendrías en situación normal. Además de esa incapacidad para concentrarse, tu humor también se verá afectado y experimentarás continuos cambios de carácter. Puedes estar alegre y al cabo de unos minutos enfadarte por una tontería. Al volverte más irritable te pasará factura en las relaciones familiares o en el trabajo. Además, a nadie le gusta vivir en un montaña rusa emocional.

Por lo general, para combatir esa situación de sueño el organismo te reclamará algo estimulante, como el café, infusión, bebidas de cola o alcohol. El organismo se sentirá un tanto descolocado debido a los cambios en los horarios, y al final todo esto te conducirá a comer de manera impulsiva y desordenada, ganando unos cuantos kilos y apareciendo además las situaciones de ansiedad.

Al dormir tan poco por las noches, el organismo va perdiendo defensas ante las alergias y enfermedades, por eso será necesario que en ningún momento descuides la alimentación saludable.

Un estudio realizado por la Universidad de Duke en 2011 desveló que la ausencia de sueño no sólo afectaba a la capacidad para tomar decisiones, sino que también convertía a las personas en más optimistas cuando debían enfrentarse a situaciones financieras. Una persona adulta debe dormir por las noches entre 7 y 9 años, ampliándose esta cifra para los niños en edad escolar (entre 9 y 11 horas) y los bebés (de 12 a 15 horas).

Para garantizar el descanso nocturno hay que seguir unos horarios fijos, huir del estrés, limitar el consumo de ciertas bebidas y alimentos, y crear una rutina diaria para irse a dormir.

Por lo tanto, resulta necesario para disfrutar de una vida plena dormir las horas adecuadas por la noche. De esta manera durante el día no lo pasaremos tan mal y estaremos a la altura a la hora de realizar cualquier actividad.

Via saludyvidasana.es

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