¿Qué es la oxitocina?

martes, 3 de enero de 2017
En el vínculo entre madre e hijo lactante, en la empatía o en el placer del orgasmo tiene mucho que ver la todopoderosa oxitocina, la llamada hormona del amor

El organismo es capaz de generar hormonas potentísimas que producen bienestar y también son útiles herramientas para la prevención y la curación de dolencias. Todo esto es consecuencia de distintas interacciones entre los sistemas inmunitario, nervioso y endocrino. Las emociones, los sentimientos y los pensamientos crean impulsos que orientan estos circuitos hacia el bienestar y la salud, o hacia el dolor y la enfermedad.

La oxitocina y las endorfinas segregadas por el cerebro son sustancias mucho más potentes que algunas de las drogas más conocidas. El descubrimiento de su decisivo papel es un hito en la historia de la medicina y objeto de investigación de la psiconeuroinmunología, que intenta dilucidar los mecanismos implicados en estos procesos.


Oxitocina ¿hormona o neurotransmisor?

La oxitocina es un neuropéptido formado por una cadena de nueve aminoácidos que desempeña un papel vital en la salud y el bienestar, incluso antes del nacimiento. Se genera en el hipotálamo, y desde ahí es conducida por una proteína al lóbulo posterior de la hipófisis a través de las fibras nerviosas. De la hipófisis es liberada al torrente sanguíneo para alcanzar los diferentes órganos diana.

La oxitocina puede comportarse como una hormona o como un neurotransmisor que influye sobre la actividad del sistema nervioso vegetativo. También interviene en varios procesos fisiológicos, activa comportamientos a nivel mecánico en determinados órganos e influye en distintas áreas cerebrales.
La oxitocina en el parto

La palabra oxitocina, que deriva del griego oxys (rápido) y tokos (parto), fue acuñada hace ya más de un siglo por el neurofisiólogo Henry Hallet Dale tras observar que una sustancia extraída del cerebro humano era capaz de causar contracciones uterinas en gatas preñadas. Pero hasta 1953 no se descubrió su fórmula química. Desde entonces se conoce su función en el desencadenamiento y sostén de las contracciones del parto, así como en la dilatación del cuello uterino.

Esta hormona es segregada por el cuerpo de cada mujer a su medida, por eso la oxitocina sintética con sus dosis mayores produce en algunos casos contracciones violentas del útero (espasmos) e intenso dolor.

Es importante saber que la oxitocina se segrega también por la estimulación del pezón, estrategia que se puede usar cuando el parto se ralentiza o bloquea. En mi experiencia asistiendo partos en casa durante años he tenido la oportunidad de contemplar como una dilatación bloqueada se reanudaba al ponerse la hermanita a mamar.

La oxitocina en la lactancia

La oxitocina es imprescindible para la lactancia. Se libera tanto en la madre como en el bebé cuando se da de mamar. En este acto se produce un "cuelgue de amor" mediado por la oxitocina y las endorfinas, que pasan desde el torrente circulatorio de la madre a la leche materna, y desde esta al bebé. Todo ello provoca en el bebé la liberación de estas mismas hormonas.

El médico surafricano Nills Bergman, entusiasta de la investigación sobre el nacimiento, recalcó en Madrid en una reciente visita el papel de la oxitocina en la producción y mantenimiento del vínculo materno-infantil. Tiene que ver, pues, con el aprendizaje de la capacidad de amar. Aprendemos a amar a través del modelo del amor materno.

La oxitocina en nuestra vida social

La oxitocina es la hormona de la sociabilidad y la confianza. Se segrega oxitocina en diversas situaciones de la vida social: una comida agradable, una conversación, durante un masaje... La resiliencia, que es la capacidad de adaptarse y fortalecerse a pesar de sufrir experiencias muy estresantes, tiene mucho que ver con la facultad de segregar estas hormonas del bienestar.

También favorece el desarrollo de los vínculos afectivos y sexuales placenteros. Hay un pico de liberación de oxitocina y endorfinas importante en el momento del orgasmo.

Además, la oxitocina tiene la capacidad de producir empatía; nos da la oportunidad de reconocer las emociones de los otros y responder afectivamente.

¿Que ocurre cuando producimos poca oxitocina?

La oxitocina también influye en el crecimiento de los niños y los bebés, pues estimula la hormona del crecimiento (STH) que se libera en la hipófisis. No es de extrañar que casos de baja estatura se relacionen con separaciones precoces de la madre.

Recientemente se ha descubierto que personas con autismo tienen niveles de oxitocina bajos y sus patrones de comportamiento mejoran con una inyección de la misma.

Via cuerpomente.com

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