Los trastornos del sueño afectan a más de un tercio de la población adulta

martes, 21 de marzo de 2017
 Los trastornos del sueño se han incrementado hasta el punto de afectar a más de un tercio de la población adulta, ha advertido hoy el neurofisiólogo clínico Pedro Javier Pérez, quien señala que esta dificultad puede generar hipertensión, obesidad y diabetes.

En coincidencia con la celebración el viernes del Día Mundial del Sueño, el neurofisiólogo clínico de Hospital Parque de Santa Cruz de Tenerife Pedro Javier Pérez indica que los estudios del sueño permiten determinar la causa del trastorno y aplicar un tratamiento adecuado.

Agrega que la dificultad para conciliar el sueño se ha convertido en un problema habitual en la población, que se ve obligada a tomar medicación para poder descansar.

Aunque el insomnio es una enfermedad en la que están implicadas diferentes variables, una de las causas más comunes se centra en la presencia de estrés asociado a los malos hábitos de descanso, indica el especialista.

Añade que los trastornos del sueño pueden estar vinculados a la presencia de apnea, al insomnio y al síndrome de las piernas inquietas.

Muchas enfermedades del sueño pueden coexistir en el mismo paciente por lo que es importante la correcta valoración integral por parte de un especialista, y señala que dormir es una necesidad fisiológica y la reducción de horas de sueño conlleva un aumento del riesgo cardiovascular, obesidad, hipertensión, diabetes y puede influir en la aparición de alzheimer.

A esto se suman otros trastornos, entre ellos, una reducción de la actividad, un incremento de los accidentes y una reducción del rendimiento.

Por ello, apunta, que en algunos pacientes es necesario realizar un estudio nocturno del sueño (polisomnografía) que permita detectar los problemas que impiden dormir.

En este caso, se lleva a cabo una exploración del paciente, a lo que se suma un electroencefalograma, así como estudios de la respuesta muscular, de la frecuencia cardiaca y de la saturación de oxígeno.

De esta forma, explica, se valoran diferentes aspectos, como la actividad cerebral, la respiración, los movimientos o las crisis epilépticas.

Apunta que la solución a cada caso está supeditada a las causas del problema pues en el caso de la apnea se puede corregir mediante medidas dietéticas, la administración de un dispositivo de presión positiva continua durante el sueño o una valoración quirúrgica, mientras que en el insomnio se recurre a un cambio de hábitos del paciente junto a una medicación adecuada si es preciso.

Por otro lado, el neurofisiólogo de Hospital Parque aboga por la incorporación de hábitos de vida saludables que permitan mejorar la calidad del sueño y que reduzcan la sintomatología de insomnio.

Al respecto, insiste en la necesidad de realizar ejercicio físico diario, además de técnicas de relajación, reducir el uso de dispositivos móviles y de la televisión a la hora de dormir y tratar de reducir la ansiedad antes de acostarse.

A esto se suma otras prácticas que pueden mejorar el proceso del sueño como dormir de forma regulada y realizar siestas diarias como máximo de unos veinte minutos, reducir el consumo de cafeína, tabaco y otros estimulantes y evitar las cenas copiosas.

También es aconsejable ducharse una hora antes de iniciar el sueño, así como adecuar la temperatura, humedad y luminosidad de la habitación y reducir el ruido ambiental.

Via lavanguardia.com

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